En un día como hoy pero de hace un año, por recomendación, acepté un empleo como capturista de datos en un hospita y al principio parecía fácil pero finalmente la presión que exigía y la cantidad de tiempo que debía ser invertido pronto mermaron mi entusiasmo acabaron con mi desempeño.
Se suponía que trabajaría hasta Marzo, pero la realidad fue que duras penas llegué a mi segunda quincena de las tres que me pagarían, la frustración fue mucha y la cantidad de información era
tremenda que nunca la terminaba a tiempo hasta tuve que traerme pesadas cantidades de carpetas a casa y capturar hasta que me amanecía.
Finalmente no lo soporté más y troné como ejote, y lo expresé en esta entrada, finalmente no tuve ni el valor de dar la cara ya que la renuncia la hice vía MSN, estaba tan anímica y moralmente mal que ya no quise saber nada de nada, tardé para recuperarme y eso se refleja claramente en mi Blog, el cual inicié con mucho empeño pero debido a esto lo dejé, tardé meses en volver a tomar el control. Incluso deserté de muchas colaboraciones en hacía en la red con otras personas.
En fin, solo escribí esto porque a veces no hay mal trabajo, son las malas circunstancias que se dan tanto por los jefes, el ambiente y uno mismo para que termines por odiarlo.
sábado, 16 de enero de 2010
No hay mal trabajo, hay malas circunstancias
Publicado por David Villena en 10:50
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