Quiero dedicar este espacio a una persona quien tuvo que criarnos a mis hermanos y a mi mientras mi mamá tenía que trabajar largas jornadas para darnos todo lo necesario para hacernos personas de bien. Una persona que dejó su pueblo natal, Mazatlán, junto con su familia para una mejor vida en la ciudad y puerto de Acapulco.
Esa persona es mi Abuela materna, Rufina Bautista Castro, una mujer que nos enseñó con dureza y a la vez flexibilidad y comprensión lo que era el valor de las cosas y que hay que apreciarlas y ganarlas. Fue una gran persona que siempre mantuvo sus costumbres de la vida de campo en la ciudad y contaba sus experiencias de cómo educaba a sus hijas 5 y organizar las tareas de cada quien al ser padre y madre para ellos. Para mis hermano y para mí, se había ganado el nombre de cariño: "Mamita", nunca la llamamos abuela.
Desgraciadamente apartir de 1999, la Diabetes comenzó a afectar su salud hasta causarle un problema renal que finalmente le cobró factura el día del 18 de Octubre de 2002. Su salud habìa deterioraro y estaba consiente del momento de su partida pero sólo esperaba el regreso sano y salvo de mi mamá, quien acababa de salir de una delicada operación de las coronarias.
"Mamita" solo esperaba poder ver a mi mamá de nuevo para esa misma noche ascender al cielo y alcanzar la eternidad y vivir por siempre en nuestros corazones. Siento algo de tristeza por no estar con ella las últimas semanas debido a mi propio egoismo, resentimiento contra viejos conocidos que me cegó y me hizo olvidar los que realmente eran importantes y necesarios en esas horas oscuras.
Han pasado 7 años desde que dejó su forma material pero todos sabemos que sigue con nosotros, cuidandonos de terribles enfermedades y situaciones peligrosas, asi sabemos que su amor y cuidados sigue vigentes.
Gracias "Mamita".
domingo, 18 de octubre de 2009
"Mamita"
Publicado por David Villena en 21:53
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