sábado, 16 de enero de 2010

No hay mal trabajo, hay malas circunstancias

En un día como hoy pero de hace un año, por recomendación, acepté un empleo como capturista de datos en un hospita y al principio parecía fácil pero finalmente la presión que exigía y la cantidad de tiempo que debía ser invertido pronto mermaron mi entusiasmo acabaron con mi desempeño.

Se suponía que trabajaría hasta Marzo, pero la realidad fue que duras penas llegué a mi segunda quincena de las tres que me pagarían, la frustración fue mucha y la cantidad de información era
tremenda que nunca la terminaba a tiempo hasta tuve que traerme pesadas cantidades de carpetas a casa y capturar hasta que me amanecía.

Finalmente no lo soporté más y troné como ejote, y lo expresé en esta entrada, finalmente no tuve ni el valor de dar la cara ya que la renuncia la hice vía MSN, estaba tan anímica y moralmente mal que ya no quise saber nada de nada, tardé para recuperarme y eso se refleja claramente en mi Blog, el cual inicié con mucho empeño pero debido a esto lo dejé, tardé meses en volver a tomar el control. Incluso deserté de muchas colaboraciones en hacía en la red con otras personas.

En fin, solo escribí esto porque a veces no hay mal trabajo, son las malas circunstancias que se dan tanto por los jefes, el ambiente y uno mismo para que termines por odiarlo.

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